Re-encuentro en el Meeting Point
Adrenalina. Stress. Mil cosas por hacer. Una maleta que empacar. 736 e-mails que responder. Que no se me olvide el informe. Ah, sí y comprar rollos. 24 horas para hacerlo todo. Es medianoche, aún no termino. Mi avión sale a las 7:00. Tengo que levantarme a las 4:30 para llegar a tiempo al aeropuerto Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyy
Así estaba a fines de agosto, cuando en menos de una semana, se me ocurrió que era el momento preciso de darme un descanso y, de paso, cumplir con la promesa que le hice a Francisco de ir a verlo cuando él estuviera trabajando cerca de Toronto. Desde el segundo en que tomé la decisión de viajar hasta que me subí al avión, todo marchó sobre ruedas. Ni siquiera tuve que “ponerle mucho color” para que me dieran el viernes libre en la oficina.
Hay algo que tiene el viajar que me relaja muchísimo. No importa si el avión se atrasa o si hay turbulencias. El solo hecho de despegar, de ver el mundo desapareciendo bajo las nubes, de sentir que eres tan libre y tan frágil como un pájaro. Con eso ya me basta. Todo el resto es valor agregado.
Pero Toronto se pasó. Ya me lo había advertido Andrea, pero nunca pensé que me iba a gustar tanto. Yo, la que escapó de Santiago porque ya le parecía demasiado poblado. Yo, la que proclama que si vuelve a Chile se quiere ir a vivir a provincia. Yo, la amante de la naturaleza, quedé deslumbrada con esta ciudad. Y no es que no haya viajado a grandes ciudades antes. He estado en Nueva York, Londres, Madrid, Frankfurt, Bruselas, Ámsterdam, San Francisco, Río de Janeiro y Buenos Aires, entre otras. Pero Toronto, que en lengua nativa significa “Meeting Point,” tiene alma, onda, vida. Claro que la perspectiva del turista es siempre muy distinta a la de quien habita una ciudad. Es más, no se si podría vivir allí, especialmente sabiendo que en invierno se registran entre 25 y 35 grados bajo cero. Eso no me calza con mis instintos de supervivencias. Prefiero la lluvia 24 x 7 de Vancouver, donde ni siquiera nieva todos los inviernos. Pero de que me gustó, no hay duda.
¿Qué disfruté más? Ver a Francisco de nuevo y conversar de esto y de aquello, mientras:
Aplanábamos las calles de Toronto y sus alrededores
Visitábamos las Cataratas del Niágara:
De muy cerquita
En barco
y luego en helicóptero!!!
Subíamos a la CN Tower (el edificio más alto del mundo si se toma en cuenta la antena)
Jugábamos a ser turistas tomándonos fotos hasta por si acaso.
Y no nos preocupábamos de nada más.
Ahora me acuerdo por qué a todo el mundo le gustan tanto las vacaciones.
Adiós Cataratas
Así estaba a fines de agosto, cuando en menos de una semana, se me ocurrió que era el momento preciso de darme un descanso y, de paso, cumplir con la promesa que le hice a Francisco de ir a verlo cuando él estuviera trabajando cerca de Toronto. Desde el segundo en que tomé la decisión de viajar hasta que me subí al avión, todo marchó sobre ruedas. Ni siquiera tuve que “ponerle mucho color” para que me dieran el viernes libre en la oficina.
Hay algo que tiene el viajar que me relaja muchísimo. No importa si el avión se atrasa o si hay turbulencias. El solo hecho de despegar, de ver el mundo desapareciendo bajo las nubes, de sentir que eres tan libre y tan frágil como un pájaro. Con eso ya me basta. Todo el resto es valor agregado.
Pero Toronto se pasó. Ya me lo había advertido Andrea, pero nunca pensé que me iba a gustar tanto. Yo, la que escapó de Santiago porque ya le parecía demasiado poblado. Yo, la que proclama que si vuelve a Chile se quiere ir a vivir a provincia. Yo, la amante de la naturaleza, quedé deslumbrada con esta ciudad. Y no es que no haya viajado a grandes ciudades antes. He estado en Nueva York, Londres, Madrid, Frankfurt, Bruselas, Ámsterdam, San Francisco, Río de Janeiro y Buenos Aires, entre otras. Pero Toronto, que en lengua nativa significa “Meeting Point,” tiene alma, onda, vida. Claro que la perspectiva del turista es siempre muy distinta a la de quien habita una ciudad. Es más, no se si podría vivir allí, especialmente sabiendo que en invierno se registran entre 25 y 35 grados bajo cero. Eso no me calza con mis instintos de supervivencias. Prefiero la lluvia 24 x 7 de Vancouver, donde ni siquiera nieva todos los inviernos. Pero de que me gustó, no hay duda.
¿Qué disfruté más? Ver a Francisco de nuevo y conversar de esto y de aquello, mientras:
Aplanábamos las calles de Toronto y sus alrededores
Visitábamos las Cataratas del Niágara:
De muy cerquita
En barco
y luego en helicóptero!!!
Subíamos a la CN Tower (el edificio más alto del mundo si se toma en cuenta la antena)
Jugábamos a ser turistas tomándonos fotos hasta por si acaso.
Y no nos preocupábamos de nada más.
Ahora me acuerdo por qué a todo el mundo le gustan tanto las vacaciones.
Adiós Cataratas
posted by Ceci | 1:18 p.m.
9 Comments:
¡Una maravilla, ya lo veo!
Y en Chile, te esperamos las blogger-girls (algunos blogger-boys supongoque también ;) )
Cariños,
TE LO DIJE, TE LO DIJE TE LO DIJE. JAJAJAAJ, sabia que esta ciudad te iba a encantar, yo ya llevo casi un año aqui y es mi segunda y definitiva visita, la vida es muy rica culturalmente, nunca imagine tener amigos de casi todas partes, me imagino que viste la cantif\dad de razas en un solo lugar.
Viste y viste lo mejor de mi Nuevo Mundo..... he andado por todos esos lugares que tienes fotos, mas aun las Cataratas del Niagara, yo pase el July 1 (Canada day o dia de Canada) alli, y no sabes lo hermoso de los fuegos artificiales al lado de las Cataratas, y fuiste al casino?
al de las Cataratas o al de Toronto?
Si no fuiste ya sabes que lo tendras que visitar para el proximo, es una maravilla....
saludos y me alegro que te haya gustado mi ciudad o mi nueva ciudad.....jajajjaja
pd: en relacion al frio, aunque no lo creas se tolera , este ultimo invierno hubo -35 , que justo el dia que tuve que hacer todos mis tramites de estudios aqui, haci que imaginaras el frio que me mande, pero se puede vivir... te lo digo yo, que ni siquiera conocia la nieve y que llegue a armar como 5 "snowmen' en un dia jajajajaj
Suele pasar que cuando trabajas y tienes planeado un viaje "relampago" justo se te junta todo, preparar maletas, comprar regalos, terminar todo el trabajo, etc, etc. Ya me paso a mi el 2003 cuando viaje a Chile en abril y cuando fui a Vancouver en junio. Veo que Toronto tiene un "aire" similar al de Vancouver, capaz que me maten varios en este momento. Quizás es eso que identifica a Canada, lo mismo que Holanda, el sur de Alemania, etc. Veremos que impresión me llevo yo en diciembre. Salu2
Que maravilla!!! yo quiero irrrrr.
Anotado: pasarme por el "meeting point".
Nice pics!
Greetings
qué bueno!! mi madre estuvo haciendo un doc. en Toronto..Quebec ay ahora no estoy segura.. y sólo hablaba de Toronto cada vez que podía.. ya nos tenía cabezones... ja
UN besito y buenas fotos!
Me alegro de esta experiencia tan bonita y tan merecida, compartida con un amigo sincero. Gracias por compartirla tambien con nosotros tus cyberamigos.
Un abrazo
que ignoranta soy....no tenia idea que la cataratas del niagara estaban en Toronto...alguna vez soñé con ver todas las maravillas del mundo y me parece q las catarats son una de ellas...sobre mi doc, me voy a Barcelona si todo sale bien...
Uyy gracias... qué emoción que te guste tanto! Claro que puedes decirle a cualquiera que lo lea... me sonrojo.. ja
Gracias otra vez...
un beso querida y ya nos veremos por dieciembre..
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