Cyberceci in Vancouverland

What am I still doing here? Read and find out...

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Location: Vancouver, British Columbia, Canada

I studied Journalism in Chile and have a Master of Journalism at The University of British Columbia (UBC), Canada. My dream? To be the first correspondent on the moon, where I plan to go as soon as I can.

Tuesday, March 28, 2006

¡La papa no es chilena ni peruana!


La última idiotez que leo en la portada del diario chileno El Mercurio es lo que parece ser el comienzo de un nuevo motivo de discordia entre mi país y el Perú: el origen de la papa o patata.

Sí leyeron bien. Esta vez no es ni un límite marino, ni el origen del Pisco, ni de dónde es el instrumento musical llamado “Charango”, sino que el tema para discutir es, ni más ni menos, que la “nacionalidad” de este común tubérculo.

Confieso que tuve que leer dos veces la nota para cerciorarme de que tanto las autoridades chilenas como peruanas estaban hablando en serio y, lo que es peor, dedicando su tiempo y energía a debatir la materia.

Primero, me pareció absurdo que una universidad chilena quiera inscribir las 286 variedades de la papa chilota como "patrimonio nacional de Chile". Es cierto que el tubérculo crece en abundancia en el sur del país y que su sabor es muy superior a la que se cultiva en la zona central, pero de ahí a decir que todas esas variedades son chilenas ¡Por favor!

De tan mal gusto o peor aún me pareció, por otro lado, la reacción del Canciller peruano, Oscar Maúrtua, quien afirmó que no existía “ninguna duda a nivel mundial” de que la papa es peruana, citando unos estudios internacionales que, tal como acabo de comprobar en la biblioteca pública de Vancouver y en la Wikipedia, dicen en realidad que el riquísimo tubérculo es originario del Altiplano andino. Y, hasta donde yo sé y la historia cuenta, esa zona geográfica la comparten el Perú, Chile, Bolivia y Argentina.

¿Es que no hay nada más urgente que hacer en nuestros países?

De seguro deben existir variedades autóctonas de papa en un país y otro. De seguro también que en Perú hay más variedades y más recetas para cocinar papas que en Chile o Argentina. Pero también es seguro que el mayor productor de papas en el mundo es China, país que ha sabido crecer y surgir hasta estar a punto de ser considerada una gran potencia. Y eso gracias a que, en lugar de dedicarse a pelear con sus vecinos acerca del origen del arroz o del bok choy o de las arvejas (chícharos), se concentró en lo importante, en lo que tanto las autoridades chilenas como peruanas deberían estar enfocadas, en lugar de andar buscándole la quinta pata al gato. He dicho.

Friday, March 24, 2006

Me envidio


Hace muchos años, quizás más de los que me atrevo a confesar en público para que a nadie se le ocurra sacar cuentas y enterarse así de mi verdadera edad, sólo quería una cosa: tener buenos -y ojalá muchos- amigos. Era uno de mis tres deseos al apagar las velas de la torta, al recibir un nuevo año y en cada oportunidad que ameritara el soñar con lo que esperaría de la vida.

En un vecindario donde las únicas menores de edad éramos mi hermana y yo, y con una familia en general mayor (primas de 40 cuando yo tenía 10 años, por ejemplo), no fue fácil tener amigos. De hecho, salvo uno que otro compañero de juegos de la etapa escolar, mis verdaderos camaradas fueron mis padres, mi hermana, los cientos de libros que devoraba a diario y, por supuesto, las películas.

Quizás por eso me costaba tanto creer anoche, durante la “celebración” de mi cumpleaños, que cada una de las cerca de 30 personas que estaban conmigo eran, son y serán mis amigos. De esos buenos amigos. Los de verdad. Los mismos que soñaba tener cuando era niña. De esos a quienes sientes tan cerca del corazón que no sabes cómo expresarles lo mucho que significan para ti sin sentirte cursi o melodramática.

Estaban allí. Conmigo y por mí. Fue entonces cuando tuve la certeza que lo que más quiero en la vida ya lo tengo y, pese a la tristeza que en estos días embarga mi corazón, me siento feliz. Todas las cosas buenas que puedan venir de ahora en adelante serán “valores agregados” o “la yapa” como decimos en Chile.

Gracias, amigos.

Thursday, March 16, 2006

Pitutocracia: no sólo un mal de Chile


En slang chileno, un “pituto” es un contacto o persona con cierta influencia al cual la mayoría recurre al momento de buscar trabajo, conseguir que un trámite que demora 3 meses tome menos tiempo, no hacer el servicio militar y un laaaaaaaaaaaaaargo etcétera.

Por años creí que esta “pitutocracia” era parte de nuestra identidad. Incluso pensaba seriamente que la canción “Por un Pituto” del grupo Sexual Democracia, debería convertirse en el nuevo himno nacional. Pero al venirme a Canadá, comprobé que lo mismo ocurre aquí y en la mayoría de los países, sean latinos o no. Se les da otros nombres, claro, como para ponerle más glamour al asunto: “networking,” “cadena de influencias,” “redes de contacto” … en fin, qué más da el nombre, si todo es lo mismo.

Lo que sí no pasa en todos lados, es lo que describen los economistas de la Universidad de Chile, Javier Núñez y Roberto Gutiérrez en su estudio “Clasismo, discriminación y meritocracia en el mercado laboral: el Caso de Chile.”

¿Y qué es eso tan distintivo? Pues nada más y nada menos que la pitutocracia mezclada con clasismo: En Chile, señala el estudio, de dos egresados de la misma carrera, de la misma universidad y con igual rendimiento académico, pero uno proveniente de un colegio particular y el otro de uno fiscal, recibirá mejor sueldo aquel que estudió en colegio privado o, al menos, ocupará un cargo más alto. La principal razón: la red de contactos que se establecen en esos colegios, donde los apoderados son los principales dueños del poder económico del país.

Entonces ¿qué le queda a los profesionales que estudiaron en colegios públicos, entraron a la universidad por sus altos puntajes en las pruebas de selección, se sacaron la mugre estudiando y trabajando al mismo tiempo, o obtuvieron una beca por su rendimiento académico, la cual les permitió costearse una carrera que -de lo contrario- nunca habrían tenido? Fácil: se van de Chile o se resignan.

Coincidencia o no, la mayoría de mis amigos no pertenecen al grupo de los conformistas, aunque sí son parte del fenómeno “Fuga de Cerebros,” que se viene dando hace años. Paz, por ejemplo, es una exitosa abogada la Universidad de Chile, mejor alumna de su promoción en la enseñanza media, mejor alumna en la universidad y actual profesora en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. O René, mi mejor amigo, periodista de la Universidad de Chile, con estudios en Literatura, un postítulo en Ciencias del Medio Ambiente en Bielefeld, Alemania y pleno manejo de tres idiomas (Español, Alemán e Inglés, por ahora). Y los casos de quienes no son profetas en su tierra, sino fuera, suman y siguen.

Es cierto que las razones para salir de Chile son muy diversas, pero ¿cuáles son los motivos para no volver? En su mayoría, mis conocidos (y yo misma), responden que en Chile no encontrarían una trabajo que les permitiera desarrollarse profesionalmente y ganar el sueldo que se merecen al mismo tiempo. Ambas cosas simplemente no son compatibles. Al menos que tengas un pituto. Un buen pituto.

Para terminar, los dejo con este chiste, que –lamentablemente- no tiene nada de gracioso, pero fue lo que motivó este post y, al menos, invita a la reflexión:

El hijo termina el colegio secundario y no tiene ganas de estudiar nada. Como el padre es un tipo malas pulgas, lo aprieta:
-¿Ah? ¿No quieres estudiar? Bueno, yo vagos no mantengo, así que vas a trabajar. ¿Estamos……?
El padre, que tiene algunos amigos políticos dada su larga trayectoria, trata de conseguirle un empleo y habla con un amigo:
-Aló, Carlos, habla Tito.¿Te acuerdas de mi hijo?, bueno, terminó el colegio y no quiere estudiar por ahora. Si tu puedes, necesitaría un puesto como para que empiece a trabajar mientras decide si va a seguir una carrera.
El asunto es que haga algo y no se las ande tirando todo el día, me entiendes?
A los tres días llama Carlos:
- Tito, ya está. Asesor de la Comisión de Salud del Senado. Unos 4 millones de pesos al mes. Está bien, ¿no?
- ¡No, Carlos!. ¡Es una locura!. Recién empieza. Tiene que comenzar de abajo.
A los dos días, de nuevo Carlos:
- Tito, ya lo tengo. Le conseguí un cargo de Secretario Privado de un diputado. El sueldo es más modesto, de dos millones de pesos al mes.
- ¡No, Carlos. ¡Recién terminó el colegio!. No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de estudiar, ¿me entiendes?
Al otro día:
- Tito, ahora sí, Ayudante del Encargado del Archivo, con algo de computación ya está, claro que el sueldo se va muy abajo, sería un millón de pesos al mes nada más. ¿Con qué va a pagar sus gastos personales?
- Pero Carlos, por favor!, consígueme algo más modesto. Recién empieza.
Algo de unos 300 mil al mes.
- Bueno, sí… se puede ver, pero no sería para él, Tito.
- ¿Por qué?
- Esos cargos son por concurso, necesita currículum y título universitario.


¿Me entienden ahora?

Tuesday, March 07, 2006

Buscando motivos

Quiero escribir, pero todo me parece trivial. Todo.

¿Para qué explicar por qué fui una de las pocas personas que no votaba por Brokeback Mountain para mejor película del año en los Oscar de este año?

¿Por qué invertir tiempo y energías en contar que la última conclusión del paleontólogo Neil Clark, del Hunterial Museum de la Universidad de Glasgow (Escocia), quien lleva dos años investigando la leyenda del famoso mounstruo del Lago Ness, es que se trataba de un elefante bañándose?

En otro tiempo probablemente habría escrito sobre cómo La Casa Blanca no sabe cómo parar la permeabilidad que últimamente caracteriza al Gobierno de Bush. Y les habría contado que la última decisión de la administración estadounidense ha sido comenzar a vigilar a los periodistas para encontrar sus fuentes de información sobre material clasificado que está comenzando a ver la luz, como el programa de espionaje ciudadano.

Tal vez, incluso, me habría animado a explicar cómo Kim Jong, dueño y señor de Corea del Norte, esté matando de hambre a su pueblo mientras construye bombas nucleares.

O quizá habría posteado sobre lo emocionada que debería estar porque esta tarde entrevisto a Alex Tai, director de vuelos espaciales de Virgin Galactic.

Tantas cosas por las cuales la gente sigue viviendo y sigue luchando.

Yo también sigo luchando y viviendo, pero sin saber por qué, ni para qué. Simplemente no me quedan ganas.

Y, por favor, no me pongan comentarios “tira pa’ arriba.” No busco compasión. Sólo quería desahogarme.

Y deambulan por este blog:

adopt your own virtual pet!