Lo Que Te (Me) Hace Feliz

Leyenda: Mientras más azul, más feliz.

Curioso. Hace un par de días recibí una de las noticias que –en teoría- debería haberme hecho inmensamente feliz. Luego de bastantes trámites y sufrimientos varios, el Gobierno Canadiense me ha otorgado el status de Permanent Resident. En otras palabras, a contar de hoy tengo todos los beneficios y derechos que un canadiense, salvo el derecho a voto.

Alguien me preguntó si pondría este acontecimiento entre los “Top 5” momentos más felices de mi vida y no me demoré ni un segundó en decir que no. Quizás, repliqué, podría estar entre los 20 momentos más satisfactorios, pero entre los 5 más felices, no.

La verdad es que sí estaba alegre, pero no por la noticia, sino porque apenas abrí el sobre pude llamar a Claudia y Christian, un par de amigos que han estado conmigo siempre, en las buenas y en las malas y con quienes siempre soñé compartir primero que con nadie las buenas nuevas. Feliz, porque al ratito apareció alguien muy especial, con una botella de champagne bajo el brazo para celebrar y una saco lleno de ilusiones para compartir. Y feliz porque - por primera vez en mucho tiempo- ya no tenía miedo al mañana.

Entonces recordé el “Mapa de la Felicidad” que ilustra este post. Me di cuenta que, de acuerdo a esta figura, vivo en uno de los países más “felices” del planeta. Sí, Canadá junto con todas las naciones donde la estabilidad política es tan o más alta que el bienestar económico-social es, supuestamente, un país feliz ¿Pero qué es lo que realmente nos hace felices? ¿Cómo se mide la felicidad? ¿Se puede medir? Peor aún: ¿Existe la felicidad o sólo tenemos momentos felices?

Decidí pensar entonces en aquéllos momentos que calificarían para integrar mi lista de los Top 5 o Top 10 momentos más felices de mi vida. Se me vinieron a la mente:

• Cuando por fin me dejaron tener un perro: Coky, el primero y el único.
• La vez que mi hermana me vino a visitar a Canadá.
• Cuando fui aceptada en Periodismo en la Universidad de Chile.
• Cuando, tras casi cuatro años sin poder ir a Chile, volví a ver a mi familia.
• Cuando, tras mucho tiempo sin ver a dos de mis grandes amigos (René y Viviana), nos juntamos los tres en Alemania y pasamos unos días de carnaval inolvidables.
• Cuando mi amiga Karen me contó que su amor, Chris, le propuso matrimonio.
• La primera vez que hice un despacho en directo en televisión y me sentí una periodista de verdad.
• Cada vez que he viajado.
• Cuando aprendí a patinar y a andar en bicicleta.
• La vez que dormí bajo las estrellas.
• Cuando la “U” ganó el campeonato de fútbol por dos años consecutivos y yo estaba ahí, en el estadio, saltando eufórica junto a quién me enseñó a amar este deporte: mi papá.

En fin, la lista podría seguir, pero no es la idea. Porque mi idea es abrir la discusión y pedirte a ti, que has leído este post, que nos cuentes: ¿Qué te hace feliz?

Espacio-Tiempo

Me gustaría que las aplicaciones prácticas de la teoría de la Relatividad de Einstein estuvieran tan desarrolladas como para permitirme viajar en el tiempo. No sólo para –como soñaba de niña- conocer a mis abuelos y tíos que murieron antes de que yo naciera, ni para ver cómo será vivir en este planeta en unos 200 o 500 años más. Simplemente para volver al punto donde todo comenzó a irse cuesta abajo y evitar los errores, las ausencias, la distancia y, por sobre todo, la pérdida de lo más valioso: un verdadero amigo.

Todo es relativo … Menos el dolor de saber que lo que perdiste, aunque lo recuperes, nunca volverá a ser igual.