Cyberceci in Vancouverland

What am I still doing here? Read and find out...

Name:
Location: Vancouver, British Columbia, Canada

I studied Journalism in Chile and have a Master of Journalism at The University of British Columbia (UBC), Canada. My dream? To be the first correspondent on the moon, where I plan to go as soon as I can.

Wednesday, November 30, 2005

Unknown

De todas las molestias que pensé me traería el tener celular, sin duda la más enervante es la que nunca preví: las llamadas perdidas.

Acá en Canadá, si quieres identificador de llamadas o casilla de voz, tienes que pagar extra. Y bastante. Así es que decidí probar con el plan simple. Sin embargo, el querido señor Murphy se ha encargado de que la gente decida llamarme cuando estoy en medio de una transacción bancaria, pagando el bus, en el baño o en una reunión y que en ninguna de esas ocasiones alcance o pueda responder. Y así me quedo con la duda. La maldita curiosidad que pica más que las pulgas. Y, para calmar mi ansiedad, me digo que si era importante, me llamarán al número de la oficina o a la casa, porque los pocos amigos que tienen mi número de celular obviamente que tienen los otros dos. Pero nada. Y pasa el rato y no vuelven a llamar. Días después me entero quién fue. Casi siempre la conversa va así:

- El otro día te llamé a tu celular, pero no atendiste.
- ¿Intentaste más tarde?
- No
- ¿Era de día?
- Sí
- ¿Por qué no me llamaste al trabajo entonces?
- …


Es raro. Desde que tengo celular a nadie se le ocurre llamarme a la casa, ni al trabajo. Directamente al celular. Luego me alegan que lo tengo casi siempre apagado, lo que es una injuria, ya que eso sucede sólo cuando (en orden de ocurrencia):

1. Estoy en el cine
2. Estoy durmiendo
3. Ya estoy en casa, son más de las 10:00 pm y, por ende, no le veo asunto al hecho de tener el celular encendido.

Y ya que me desahogué, mejor vuelvo a trabajar. Total, ya se ve que tal vez el próximo año me iré a enterar de quién (es) eran las cuatro llamadas perdidas que encontré cuando regresé (tras unos 6 minutos de ausencia) de la máquina expendedora de dulces donde compré mi chocolate sagrado de cada día. Lo malo es que, de la pura ansiedad, ahora necesito comerme otro.

Esta vez, me llevo el celular en el bolsillo.

Tuesday, November 29, 2005

Blanco Despertar

Aunque duró unas cuantas horas nomás, la nieve cubrió Vancouver esta mañana. La primera de la temporada. Y a mí ya me entró todo el espíritu Navideño. No el que te llama a consumir hasta quedar en la ruina, sino el que te invita a querer abrazar a tus familiares y amigos, a compartir un chocolate caliente (o un Cola ‘e Mono heladito si estás en Sudamérica, especialmente en Chile) y a escuchar canciones como la que en estos mismo instantes sale de los parlantes de mi PC: “I’ll be home for Christmas, cha, la, la, la

Doce días nada más…y descontando.

Tuesday, November 22, 2005

Posts que se quedarán por ahí, en la tierra de nunca se escribió…

Ando desmotivada, sin inspiración, con flojera de todo. Me da lata desde atender el teléfono hasta pararme a buscar un vaso de agua. Casi no escribo en mi blog y, aunque leo a mis amigos, apenas comento. Mientras, la lista de los post que podría haber escrito, pero que nunca lo haré, sigue creciendo. Entre ellos:

- Las mejores películas del Festival de Cine
- Mi encuentro con Al Pacino (con foto y todo)
- El Concierto de Depeche Mode
- Los preparativos del viaje a Chile
- El por qué y especialmente cómo mi mejor amiga canadiense se fue a Kenya
- El por qué me corté el pelo y el shock de verme en el espejo y no reconocerme
- Mi buena acción del mes
- Mi mala acción del mes
- Mi incursión en la cocina (mención especial: cómo una receta de pan amasado puede generar galletas saladas que reciben aplausos)
- Cuánto me costó entrenar al perro de la casa para que me aplaudiera por las galletas saladas
- Cómo quebré dos platos, un vaso, eché a perder el microondas y me corté el dedo en menos de cinco minutos
- Mis amigos desde la distancia
- La distancia
- Éste…

Monday, November 14, 2005

La Batalla de los Sexos


Así se llama uno de los concursos más populares del programa radial que escucho en las mañanas, luego de las noticias. Se trata del mismo programa donde están tratando de encontrarle pareja al “Hot Guy” (ver candidatas aquí) y, por lo visto, mi única fuente de inspiración en lo que va de noviembre.

En ese concurso, dos auditores -una mujer y un hombre- son sometidos a un cuestionario por parte de la pareja de locutores. El hombre (Matt) hace las preguntas a las mujeres y la locutora (Drew), a los hombres. La idea es tratar de que el sexo opuesto pierda.

Pues esta mañana me bajó una casi crisis de identidad, tras descubrir que -de todas las preguntas que hicieron a ambos concursantes- las únicas cuyas respuestas sabía sin que me cupiera ninguna duda, eran las que supuestamente sólo los hombres contestarían correctamente:

Matt: A ver, señorita, díganos cuál de las siguientes cervezas no tiene una versión light: Corona, Kokanee o Heineken

Yo: (En menos de un segundo) ¡Heineken!

Concursante: …………eee….. este…. ¿Corona?

Matt: Incorrecta la respuesta. Heineken no tiene versión light

Drew: Esa pregunta estaba muy difícil. A ver si los hombres lo hacen mejor. A ver, ¿qué actriz aparece en la portada de la revista Vanity Fair este mes?

Yo: … ¿?

Concursante: ………… ¿Paris Hilton?

Drew: No. Ella estaba en la de octubre. La respuesta correcta es Kate Moss ¡Estamos empatados!

Matt: Hablando de Portadas ¿Qué tema trae la revista Time esta semana?

Yo: (En menos de un segundo) ¡Los inventos más sorprendentes del 2005, empezando por Snuppy, el primer perro clonado!

Concursante: La verdad, no leo revistas dedicadas a la política.

Yo: ¡¡¡¿Política?!!!

Matt: ¿A la política? Je, je… Punto para los hombres.

Drew: ¿Cuál de las siguientes compañías también hace zapatos? Givenchy, Revlon o Shiseido.

Yo: ¿?

Concursante: ¿Givenchy?

Drew: Lamentablemente la respuesta es correcta. Otro punto para los hombres. ¡De seguro que esta respuesta te la soplaron!

Matt: A ver, esta pregunta define todo. En el ámbito económico más de alguna vez habrás escuchado hablar del organismo estadounidense SEC. ¿Qué representa esa sigla?

Yo: ¡Securities and Exchange Commission!

Concursante: ¿Qué representa?

Matt: O sea, qué significa.

Concursante: ….


Y así podría seguir eternamente, transcribiendo el concurso completo, pero basta con decir que de las seis preguntas que contestó cada concursante, me supe todas las respuestas que supuestamente “sólo un hombre” sabría responder y sólo una extraída del mundo “femenino” (nombrar tres marcas de detergente…Patético, pero cierto).

Más allá de sentirme enojada por los permanentes e imborrables estereotipos sociales asociados a cada sexo, especialmente al femenino, este episodio me hizo recordar varias cosas.

Primero, mi rol de consejera sentimental. Recordé cómo mis amigas en Chile siempre me pedían consejo en materia sentimental porque, según ellas, pensaba “como hombre.” ¿Y qué significa eso? Según ellas, que soy fría al hacer análisis y siempre antepongo la cabeza al corazón. Sea eso verdad o no, da lo mismo. Lo que me intriga es constatar que el ser así se considere propio de los hombres, como si el sentir o el amar en forma irracional fuera prerrogativa de las féminas, cosa que NO lo es.

También recordé mi infancia, cuando mis padres me cortaban el pelo bien cortito y, más frecuentemente de lo que hubiese querido, alguien se acercaba y decía: ¡Pero qué lindo el niñito! A lo que, según mi mamá, yo respondía en forma indignada y con ambas manos en la cintura: ¡Soy niñita, que no ve que tengo aditos (aritos)! Pero, ni por eso, cambiaba mis cómodos jeans por los no tan cómodos vestidos que mi hermana sí se ponía encantada.

Con igual claridad recordé otros ocasiones, en las cuales me sorprendí disfrutando muchísimo más de “actividades para hombres” (gritando a todo pulmón palabrotas en el estadio contra el “árbitro saquero,” instalando programas nuevos en mi computador, leyendo las propuestas políticas de los candidatos presidenciales), en lugar de estar haciendo “cosas de mujeres” (horneando un queque, bordando y todos los estereotipos que se les vengan a la mente).

¿Hasta cuándo seguiremos viviendo bajo la influencia de parámetros tan ridículos? ¿Llegaremos alguna vez a aceptar que hombres y mujeres somos, primero, seres humanos y, luego, sujetos con cualidades diferentes? ¿Podremos algún día dejar de centrarnos en las cualidades negativas de ambos sexos y celebrar, en cambio, los aspectos positivos?

¡Quién sabe! Lo único cierto es que esperaré a que eso suceda mientras paso la pena que me provocó el haberme enterado que la “U” de mis amores no clasificó para la Copa Libertadores 2006, con una Heineken bien heladita.

Wednesday, November 02, 2005

Diosito ¿por qué me hiciste tan bonito?


Esto es lo que reclama cada día Robert, 33 años, ex modelo neoyorquino que actualmente vive en Vancouver (el de la foto). Según contaba esta mañana en un programa radial, ser tan “hot” ha sido su karma. Al borde de las lágrimas, el tipo confesaba cuán difícil le era encontrar una pareja estable: “El tipo de mujeres que me interesa escapa de mí debido a todos esos prejuicios que existen en torno a los hombre bellos,” decía (¡Pero qué ególatra!, pensé yo). Sin embargo, Robert parecía sinceramente afectado: “Si voy a una reunión con amigos, no me vuelven a invitar porque sus esposas y novias no me sacan los ojos de encima; si salgo con una chica, recibo tantas miradas que ésta se siente insegura y no sale conmigo de nuevo…Créanme, es un tragedia.”

Lo curioso es que el pasado Sábado, en una fiesta de Halloween, escuché el mismo cuento. Un tipo estupendo, de esos que los ves y tienes que desviar la vista para que no te rebote la quijada en el suelo, se lamentaba de cómo las mujeres somos tan raras. “La mayoría me evita porque dice que no confía en los hombres guapos,” me decía Steve sin arrugarse ni un poquito. “Lo peor es que cuando les digo que me gustaría casarme y tener hijos me miran con cara de ‘Sí, claro, a otro perro con ese hueso’ y no las vuelvo a ver más.”

Yo tuve que morderme la lengua para no lanzarle varias de las hipótesis que, tras conversar con el sólo 10 minutos, se me ocurrieron para explicarle sus fracasos amorosos.

Y mientras la estación de radio está organizando un concurso para ver si encuentra féminas dispuestas a darle una oportunidad a Robert, Steve debe estar lamentándose porque ninguna de las solteras que estuvimos en la bendita fiesta le hemos devuelto sus llamados.

Como le dije a una amiga cuándo me preguntó por qué no quería salir con Steve: “Lindo el envase, amiga, pero –lamentablemente- la caja venía vacía.”

Y deambulan por este blog:

adopt your own virtual pet!