Sí, la amistad hombre mujer es más que posible
Rene y Valentina
Corrían los ’90 y me encontraba viviendo en un mundo absolutamente distinto al de hace tan sólo un par de años. Tras seis que pasé en un colegio de mujeres, donde la competencia académica y personal era descarnada y, por qué no decirlo, cruel, me encontraba ahora en la Universidad de Chile, rodeada de gente con distintos backgrounds, casi todos mayores que yo, cooperadores, llenos de sueños y esperanzas de lograr un mundo mejor. Recién estábamos aprendiendo a vivir nuevamente en democracia, tras los 17 de dictadura de Pinochet y todo parecía estar cambiando para bien. En parte, nos sentíamos llamados a crear un nuevo periodismo, más libre, más sincero.
Si eso se cumplió o no lo trataré en otra oportunidad. Aquí más bien quiero contar cómo, en ese contexto, conocí a René Cofré, el primer amigo hombre que he tenido en mi vida y, hasta el día de hoy, el mejor.
Siento que para hablar de René, como para referirme a mi adorada única hermana Angela, necesitaría demasiadas páginas. Son tantos los recuerdos y las vivencias! Pero de él puedo decir que, en gran medida, fue mi inspiración para agarrar mis maletas e irme de Chile, en busca de lo que sea que pensé salía en busca de. Me costó mucho tomar la decisión, pero ver a René fue toda una lección. También me enseñó que la amistad hombre/mujer no sólo es posible, sino que muchas veces más enriquecedora que las relaciones de amistad con las personas de tu mismo sexo.
El partió a Inglaterra hace más de cinco años, para perfeccionar su ya buen inglés. Y, luego de eso, pasó a Alemania, donde visitó a una amiga que había conocido en Chile, Susanne, mientras ella hacía algunas investigaciones relacionadas con sus estudios de medicina. Al poco tiempo mi amigo volvió a Chile, pero dejó el corazón allá. Así es que trabajó duro, junto un poco más de dinero, aprendió algo de alemán y agarró nuevamente maletas. Nunca más volvió, a no ser de visita. Pero no ha habido ocasión en que no me llegue una carta, postal, fotos o un sorpresivo llamado telefónico de René.
Siempre está haciendo mil cosas. Siempre quiere más y no se duerme en los laureles. Si no está practicando natación, está estudiando algo (sacó un bachelor en algo así como Ciencias Ambientales y en alemán!!!), está escribiendo, leyendo, está...digamos, viviendo.
A él y a su entonces novia Susanne, los fui a visitar a principios de 2002 y, tal como esperaba, fue como si nos hubiésemos visto el día anterior. Esas fueron las últimas y mejores vacaciones que he tenido.
René era uno de esos que decía que nunca se iba a casar. Abandonó el club de los solteros hace un par de años. En junio del 2003 él y Susanne vinieron a verme a Vancouver. Ahí me enteré que pronto serían tres. Y esta es Valentina, a quien espero abrazar en un futuro no muy lejano.
La Vale, con su "sonrisa Pep"
1 Comments:
Cuando no queda otro remedio, claro. Aún recuerdo cuando fuimos a una de esas “Fiestas de la Cultura” y pasamos a tomarnos una cerveza en calle Potugal. Miré a los integrantes de la mesa y vi que eras la única mujer del grupo. Lo que es peor, de los 10 que estábamos allí, al menos 7 habíamos intentado ser algo más que tu amigo. Pero tú “ni ahí” con abandonar la soltería, por lo que veo.
Cuídate Ceci!
R.
Post a Comment
<< Home