“La Cruel” se quedó cesante
Lost in La Habana? I hope no!
“La Cruel,” así me bautizó Bob, uno de los ya varios estudiantes de español que he tenido en Vancouver, pero uno de los pocos a quienes voy a echar de menos. Cualquiera que me conoce bien podrá imaginar que nunca hice gran cosa para merecerme el apodo de “La Cruel”, salvo intentar enseñarle lo más posible para que pudiera disfrutar de su viaje a Cuba y obligarlo a retomar la clase tras cada uno de sus disvareos (que eran millones).
Fue divertido tener a Bob como alumno. En los casi nueve meses de clases que compartimos, pasó de ser el estudiante que me sacaba frecuentemente de quicio con su desconcentración e interminables conversaciones extraprogramáticas (de música, sus viajes a Alemania e Indonesia, su ex esposa, su hija, etc.) a ser casi, casi un amigo.
Bob me adoptó de hija y psicóloga. Junto con contarme sus problemas y confidenciarme las causas de muchos de ellos, se permitió darme consejos, recomendarme películas, regalarme un par de chocolates cuando supo que son mi adicción, presentarme al gran amor de su vida (su hija Anna) y “tirarme las orejas” cada vez que se daba cuenta que no estaba cuidándome como debía, ya sea durmiendo poco, trabajando mucho o comiendo inadecuadamente.
Muchas veces me sentí mal por cobrarle la clase, ya que no sólo habíamos conversado mucho, sino que le había repetido lo de la clase anterior (las diferencias entre “ser” y “estar” lo tuvieron sudando como un mes). Pero también es cierto que siempre redondié las horas a su favor (una hora y 15 minutos eran una hora y así) y también le dediqué harto tiempo extra, preparándole ejercicios y “tareas.”
Sí, fue divertido ser la profe de Bob, quien en estos momentos (espero) debe estar aplicando lo que aprendió conmigo por las calles de La Habana. Suerte Bob!
El dibujo: La tarjeta de agradecimiento que me envió antes de irse.
1 Comments:
Hola amiga,
que bueno saber de ti, de tu vida.
Por alguna extraña razón, apenas abri tu blog me fui directo a este día. Me acorde como sufriste conmigo mientras te enseñaba ecuaciones y geometría. De todas maneras fuiste una gran alumna.
Y bueno aquí frente al parque con musica de un piano entrando por la ventana, espero verte pronto.
Besos,
Agnes
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