Para los que no saben, los canadienses están divididos internamente. Quienes pertenecían a lo colonia francesa (principalmente los de Québec) prácticamente se consideran extranjeros y, en más de una ocasión, han intentado separarse del resto de Canadá. Los que pertenecían a la colonia británica, en tanto, suelen calificar a los “French-Canadian” de separatistas y – muchas veces- hasta de flojos. Pero en el fondo los admiran por la cantidad de actividades culturales y vida bohemia que tienen y que escasea en el resto del país.
Más allá de la historia y de las diferencias culturales y genéticas, estos dos grupos se comportan de manera bastante distinta. Y ahora que trabajo con representantes de ambos lados, me doy cuenta de esos contrastes a cada rato.
Lección de hoy: El SaludoMe encuentro en la cocina con un English Canadian y a mi “Buenos Días,” responde amablemente con un “Hola ¿Qué tal? ¡Que lindo día! No? ¡Ya estaba bueno que saliera el sol! Algún plan para el fin de semana? Bueno, nos vemos. Hasta más rato.”
Luego entra la French Canadian y yo le digo “Hola ¿Cómo está?” Y me responde: “A quién le importa!” Y tiene toda la razón. La verdad es que me da lo mismo si está bien, mal, tiene planes para el fin de semana, su marido es un borracho o su hija se acaba de teñir el pelo de azul. Es más, me causó gracia su franqueza descarada, pero – de momento- creo que prefiero la respuesta del otro bando ¿Y ustedes?