En busca del tesoro
Estábamos en la reunión de pauta esta mañana cuando uno de mis colegas recibe un llamado telefónico. Era su hijita.
- “¿Más pistas? Bueno, a seguir buscando, tesoro,” le contestó él.
Ante la mirada inquisidora de varios, sonrió y sólo dijo “Geocaching”
- ¡Ahhhh!, exclamó el resto, como si con esa palabra bastara.
- “¿Geo qué?,” pregunté yo. Y ahí mismo quedó en evidencia mi desfase tecnológico y el hecho de que no tengo hijos ni sobrinos.
El Geocaching es un juego que cada vez se practica más en el mundo entero. No es otra cosa que una búsqueda del tesoro de la era digital, ya que la caza se realiza con la ayuda de un GPS (sistema de posicionamiento global mediante satélites) y las ubicaciones relativas se pueden publicar en Internet.
El juego se basa en que, previo anuncio de unas determinadas coordenadas, los participantes (llamados geocachers) inician la búsqueda de un determinado objeto o "tesoro", normalmente de valor más simbólico que real, escondido en los lugares más insólitos: desde un centro comercial hasta en la entrada misma de la Cueva del Milodón, en el sur de Chile.
Una vez que se ha completado con éxito la búsqueda, el actual poseedor del tesoro debe avisar a los demás de que lo ha encontrado, sobre todo debe avisar al geocacher que lo colocó en el sitio, mediante una especie de contraseña que se coloca en el mismo lugar para confirmar el resultado, obviamente para que no se produzcan malos entendidos entre los que participan de la búsqueda.
Además de la variedad geográfica también existen diferentes modalidades de búsqueda. Las hay simples, es decir, de un solo tesoro dentro de unas coordenadas dadas y más complejas, con pistas en diferentes lugares que a su vez llevan a otros y dan detalles sobre dónde encontrar el ansiado tesoro (pistas que los geocachers se encargan de dejar intactas para que no se pierda la esencia del juego y los siguientes aventureros puedan disfrutar y aprovecharlas de igual forma).
Variantes del juego hay varias también. Famoso es, por ejemplo, el BookCrossing en el cual la idea es leer el libro que encuentras y dejarlo luego para otra persona. La idea es liberar libros "en la jungla" para que sean encontrados por otras personas, normalmente extraños. Si alguien decide liberar un libro vía BookCrossing, éste tiene que ser registrado para conseguir un BCID (BookCrossing ID number) para que así figure en la base de datos del sistema. A la persona que luego lo encuentre se le pide que se registre en el Website de BookCrossing y que escriba una pequeña nota para notificar el hallazgo, y luego soltar nuevamente el libro una vez se haya terminado.
Otros tesoros incluyen música (CDCrossing o DiscCrossing) y, como podría esperarse en el materialista mundo gringo, dinero (“Where's George?”), en el cual se buscan dólares escondidos. Habrá que ver cuántos los dejan ahí para que otros los encuentren también.