Cosas de hombre (Parte II)
Viernes en la noche. No tenía ganas de irme a casa después de un día de trabajo tan intenso, así es que decidí bajar al pub, el cual queda en el mismo edificio donde están las oficinas de la revista para la cual trabajo (¡qué conveniente!, ¿no?). El plan era ver si encontraba alguna cara conocida para conversar y relajarme un rato.
No encontré una, sino cinco. Todos ingenieros. Todos hombres.
Ahí estaba yo, rodeada de estos cinco varones que, entre cervezas, discutían cuál era la mejor estrategia para conseguir que una mujer a quién recién conoces acepte salir contigo. Debo aclarar que la conversación se había originado cuando uno de los del grupo (Johannsen, el único 100% canadiense) confesó que tenía una comida formal al día siguiente, pero que no tenía con quien ir y que todos sus colegas iban a ir con la esposa o la novia.
La verdad es que, como el tema no me interesaba y ellos ya estaban borrachos (salvo uno, el más amigo mío), pensé en irme, especialmente cuando el grupo empezó a presionar para que yo cancelara mi compromiso del Sábado en la noche y acompañara al “tímido” (según ellos, por eso Johannsen no tenía acompañante, yo creo que se debe a lo gritón que es, pero en fin).
Fue entonces cuando comprobé que, definitivamente, hay ciertas cosas que son, no importa la nacionalidad, ni la edad, cosas de hombres. Definitivamente.
Ojo. No es que nosotras no tengamos nuestras mañas, pero se me hacen menos extrañas, por decirlo de un modo elegante.
Primero, cada uno de los presentes, sin excepción, intentó invitarme a salir esa misma noche, aún cuando dos de ellos son casados y eso fue algo que les recordé de manera bastante directa y poco simpática (¡pobres de sus señoras!). Me vieron molesta y me pidieron disculpas, recurriendo a la frasecita “Perdona, Ceci, son cosas de borracho.”
Yo diría cosas de hombres.
Pero lo que me pareció más divertido y patético a la vez fue que, sólo un par de horas después de haberles dado unos cuantos consejos de cómo aproximarse a una fémina sin asustarla o impresionarla negativamente, uno de ellos (soltero), me llamó aplicando exactamente la misma estrategia que yo le había enseñado. En el mensaje decía que “lo pasó muy bien conversando conmigo” y que le gustaría “invitarme un café” un día de estos. No me habría molestado tanto si no retumbaran en mi cabeza sus mismas palabras, cuando le expliqué que había que ir “de a poco,” “tanteando el terreno” para ver si había interés del otro lado.
- “Primero un café, luego quizás una salida al cine o a comer y luego te puedes acercar un poquito más, ya sea emocionalmente, por medio de los temas a conversar, o fisicamente,” le dije.
- “Ah!, Ya entiendo. Osea tu propones las tres C: primero un café, después cine y de ahí a la cama,” acotó este caso perdido.
Horror.
El experimento continuó el Sábado en la noche. Por una misteriosa razón que aún estoy tratando de encontrar, a la reunión/cena llegaron todos mis amigOs, pero ninguna de mis amigAs. Esta vez eran 15 hombres y yo. La edad promedio, unos 28 años, siendo el menor de 23 y el mayor de unos 42. En su mayoría latinos, había también un polaco y dos canadienses. En general se portaron muy caballeros, pero no pude evitar sentirme mal cuando se referían a una conocida un poco gordita como “la tamalito mal envuelto,” o a otra que entre septiembre y febrero ha tenido ya tres galanes distintos como “es linda, pero con demasiado kilometraje acumulado” y un par de cosas más irreproducibles. Tampoco pude evitar la risa cuando, cual fraternidad de película gringa, hicieron un pacto para pegarle a un chino que baila super bien salsa y que les roba las parejas de baile en todas las fiestas. Menos pude contener la carcajada cuando el más jovencito me preguntó la edad y, ante mi silencio, me dijo que daba lo mismo, porque ya se había enamorado y me propuso matrimonio, consiguiendo el aplauso de los presentes. Ayayay! … Cosas de hombres.
No encontré una, sino cinco. Todos ingenieros. Todos hombres.
Ahí estaba yo, rodeada de estos cinco varones que, entre cervezas, discutían cuál era la mejor estrategia para conseguir que una mujer a quién recién conoces acepte salir contigo. Debo aclarar que la conversación se había originado cuando uno de los del grupo (Johannsen, el único 100% canadiense) confesó que tenía una comida formal al día siguiente, pero que no tenía con quien ir y que todos sus colegas iban a ir con la esposa o la novia.
La verdad es que, como el tema no me interesaba y ellos ya estaban borrachos (salvo uno, el más amigo mío), pensé en irme, especialmente cuando el grupo empezó a presionar para que yo cancelara mi compromiso del Sábado en la noche y acompañara al “tímido” (según ellos, por eso Johannsen no tenía acompañante, yo creo que se debe a lo gritón que es, pero en fin).
Fue entonces cuando comprobé que, definitivamente, hay ciertas cosas que son, no importa la nacionalidad, ni la edad, cosas de hombres. Definitivamente.
Ojo. No es que nosotras no tengamos nuestras mañas, pero se me hacen menos extrañas, por decirlo de un modo elegante.
Primero, cada uno de los presentes, sin excepción, intentó invitarme a salir esa misma noche, aún cuando dos de ellos son casados y eso fue algo que les recordé de manera bastante directa y poco simpática (¡pobres de sus señoras!). Me vieron molesta y me pidieron disculpas, recurriendo a la frasecita “Perdona, Ceci, son cosas de borracho.”
Yo diría cosas de hombres.
Pero lo que me pareció más divertido y patético a la vez fue que, sólo un par de horas después de haberles dado unos cuantos consejos de cómo aproximarse a una fémina sin asustarla o impresionarla negativamente, uno de ellos (soltero), me llamó aplicando exactamente la misma estrategia que yo le había enseñado. En el mensaje decía que “lo pasó muy bien conversando conmigo” y que le gustaría “invitarme un café” un día de estos. No me habría molestado tanto si no retumbaran en mi cabeza sus mismas palabras, cuando le expliqué que había que ir “de a poco,” “tanteando el terreno” para ver si había interés del otro lado.
- “Primero un café, luego quizás una salida al cine o a comer y luego te puedes acercar un poquito más, ya sea emocionalmente, por medio de los temas a conversar, o fisicamente,” le dije.
- “Ah!, Ya entiendo. Osea tu propones las tres C: primero un café, después cine y de ahí a la cama,” acotó este caso perdido.
Horror.
El experimento continuó el Sábado en la noche. Por una misteriosa razón que aún estoy tratando de encontrar, a la reunión/cena llegaron todos mis amigOs, pero ninguna de mis amigAs. Esta vez eran 15 hombres y yo. La edad promedio, unos 28 años, siendo el menor de 23 y el mayor de unos 42. En su mayoría latinos, había también un polaco y dos canadienses. En general se portaron muy caballeros, pero no pude evitar sentirme mal cuando se referían a una conocida un poco gordita como “la tamalito mal envuelto,” o a otra que entre septiembre y febrero ha tenido ya tres galanes distintos como “es linda, pero con demasiado kilometraje acumulado” y un par de cosas más irreproducibles. Tampoco pude evitar la risa cuando, cual fraternidad de película gringa, hicieron un pacto para pegarle a un chino que baila super bien salsa y que les roba las parejas de baile en todas las fiestas. Menos pude contener la carcajada cuando el más jovencito me preguntó la edad y, ante mi silencio, me dijo que daba lo mismo, porque ya se había enamorado y me propuso matrimonio, consiguiendo el aplauso de los presentes. Ayayay! … Cosas de hombres.
22 Comments:
Hola Ceci: No sé como logras mantenerte alejada de tanto hombre en plan de caza. No sé si a mí me resultaría fácil si estuviera lejos y soltera. Así que felicito tu buen juicio. Ayer me pasaron varias cosas divertidas. Conocí a un par de holandeses muy simpáticos que resultaron ser amigos de María Pastora (blogger también) y después me junté con la dueña de la Confitería Torres, porque tengo que escribir mi columna para la revista "Santiago Entretenido", me gustó mi lunes. Cariñísimos. P.
¿Cómo que mañas? ¿Es que acaso nosotras tenemos mañas? Con tanto especímen dando vueltas y haciendo comentarios "para el bronce"...parece que hay que ser más mañosa todavía. Se viene el manual!!!
¿Ya te cambiaste de casa?
Besotes
K-
la semana pasada mientras armaba y desarmaba camas y libreros (entiendase con destronillador, martillo y otros) en un ataque de lucidez me dije, "ok, estas supuestamente son tareas de hombres, también arreglo llaves y enchufes y con mis 47 kilos no me doblo cargando muebles, entonces de que sirven los hombres????"
ahi me vino a la mente la frase de elisa de cremona "Los hombres son seres inferiores, de pensamiento básico que sólo sirven para dar placer... a veces... "(sic) y me dije "claro, los necesito solo para el placer".
pero en fin, creo que tampoco quiero ser gasfiter, electricista, carpintera, cocinera, amante y etc el resto de mi vida.
depues de todo los hombres son un mal necesario y me encantan.
Estos artículos sobre los hombres hacen que me plantee varias preguntas: ¿esos raros especímenes están en ese estado debido al clima de Vancouver? ¿Son así en todas partes del mundo? Hace mucho tiempo que ya no "estoy en circulación" y la mayoría de mis amigos tampoco, así que lamentablemente estoy un poco perdida en el tema, pero, como dice una amiga "a los hombres les falta un chip" y hay que entenderlos y quererlos así, no queda otra. Un besote. N.
La verdad, yo ya no sé qué pensar. Mi teoría es que acá en Vancouver nos hemos juntados los especímenes más extraños de la Tierra (empezando por mí). O tal vez fue culpa de esa semana de Primavera adelantada que tuvimos, que les desodenó las hormonas a medio mundo. Sea lo que sea, me niego a pensar que todos los hombres sean todos iguales. Al mismo tiempo, me quedan claras algunas cosas :
1) Todos los varones que visitaban este blog están ofendidos o me odian. Lo cierto es que nunca más dejaron un comentario. Ni siquiera nuestro buen Roberto!
2) Karencilla, junto con el manual, cuya urgencia es evidente, deberíamos escribir en paralelo una guía básica de tacto y buenas maneras (edición especial para hombres latinos). Incluso deberíamos regalarla. Sería nuestro legado a la humanidad y a las futuras generaciones de mujeres.
3) Que seguir soltera no es nada de dificil por estos lados, como verán, Todo lo contrario, se agradece día a día, especialmente luego de fines de semana como éste.
Prometo que no te odio ni estoy picado, especímenes hay de los más variados, aquí y allá. Pero deberás reconocerme que hay "Cosas de Mujeres" que vienen impresas en el biotipo femenino como paragigma ajeno a cualquier nacionalidad o grupo social. Cosas de minas, como decimos a veces.
Buen post.
Trato de ponerme al día entre pendientes y pegas. Volveré por aquí.
Chao amiga.
PD: Los paragigmas son paradigmas, pero más grandes :-)
Chicas... vayan a leer el Catálogo Femenino que escribió Orsai en su blog:
http://orsai.bitacoras.com
Cariños...
Es que con esas categorías, estoy dudando acerca de lo que soy. Lo salvó la campana con la 9. Lo que me recuerda una categoría de la fauna masculina. "El Que Nunca Queda Mal Con Nadie". Conozco a varios!
Niñas, creo que tenemos que ponernos a trabajar en nuestro propio estudio.
cariños a todos!
K-
Roberto está de vuelta. Qué felicidad!
No perdamos tiempo en categorizar a los hombres. Son lo que son y, desafortunadamente, me gustan mucho (pero cada vez más, los prefiero de bieeeeeeeeeen lejos)
Ey, soy un hombre mas de la comunidad latina en Vancouver que la señorita Cecilia describe y creo que sus generalizaciones fueron algo lejos... lamentablemente no estuve en ninguno de esos eventos, pero me parece que lo que esta señorita no entiende es que ella esta mas buena que un "mote con huesillos" helado en pleno verano, y ya es hora de que se deje empezar a probar...
Ey ey ey, soy parte de la comunidad masculina latina en Vancouver a la cual la señorita Cecilia esta haciendo referencia y creo que sus comentarios y generalizaciones fueron demasisdo lejos. No tuve la suerte de estar en ninguno de esos dos eventos, pero creo que Cecilia esta dejando pasar algo importante de lado...usted esta muy rica m'hijita, dejese probar un poquito Ceci!
El misterioso hombre en Vancouver
Estimado misterioso hombre en Vancouver:
1.- Cómprese lentes, le hacen falta.
2.- Inscríbase para recibir una copia gratuita de la guía que prepararemos en breve con mi amiga Karencilla.
3.- No al anonimato!!!! Quiero nombres
Merci
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Ah, la teoria no falla, a pesar de que somos todos iguales (y queremos lo mismo) ya quieres saber quien soy...
No tan rapidito señorita, nosotros tenemos tiempos tambien.
El hombre misterioso
Punto para el hombre misterioso ;)
ja ja ja...puntito para Marianito???
Un beso chilenita y recorda la enseñanza, no somos todos iguales, pero asi y todo con nuestros parecidos, les seguimos encantando a las mujeres tanto como ustedes nos encantan (y deseamos) a nosotros...
No nos juzguen por nuestros peores exponentes.
Bufff
Muy originales no parecen los muchachos en cuestión, y es que si por lo menos fueran "mashos" sin ser clichés...
Hola Ceci. Hola amiga. 8 de marzo. Hoy es un día especial, la mitad de la humanidad celebra el día de la otra mitad.
Beso cariñoso viajera...
R.
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