Confianza

Un día la tuve, pero la perdí y no la he vuelto a encontrar.

Eso es lo que algunos llaman madurez. Yo le llamo una lástima, pues más vale darlo todo y sufrir después, que sufrir día a día porque no te atreves a dar.

Abandono

He estado pensando en cerrar este blog. Cada vez escribo menos y con menor frecuencia y, cuando lo hago, las palabras no fluyen como antes. La creatividad se la llevó el viento, la energía me la quitó el trabajo y el tiempo libre, mi pololo (novio, en español standard). Me siento en deuda conmigo misma y, por supuesto, con quienes solían deambular por estos sectores.

Estoy convertida en un fantasma que deambula por los blogs de mis amigos, sin siquiera dejarles comentarios. Es como si quisiera asegurarme que están bien y siguen ahí, pero me faltan ganas de sentarme frente a una pantalla para seguir escribiendo en mis poquísimas horas libres.

Quizás se ha cumplido un ciclo y es tiempo de cerrar este espacio. O quizás sólo sea que necesito vacaciones. Veremos qué pasa.